Terapia con Inmunosupresores
Con menor frecuencia, se presentan en la consulta pacientes inmunodeprimidos ya sea por causa de alguna enfermedad o como efecto de algún medicamento prescrito. La mayoría de estos pacientes son tratados en centros hospitalarios de mayor complejidad, sin embargo, otro grupo recibe terapia ambulatoria en sus hogares.
Este estado de deficiencia del sistema inmune determina una mayor susceptibilidad de las personas tanto para las infecciones periodontales como para las que afectan al resto del organismo y pueden llegar a poner en peligro la vida del paciente.
Algunas de las causas de inmunosupresión pueden ser entre otras:
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Defectos cuantitativos y cualitativos en neutrófilos
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Leucemia aguda
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Leucemia linfocítica crónica
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Anemia aplásica
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Diabetes mal controlada
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VIH
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Receptores de trasplante de médula ósea
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Quimioterapia para neoplasias malignas
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Administración de corticosteroides o medicamentos inmunomoduladores.
La respuesta inmune alterada trae como consecuencia un paciente más susceptible a la infección por microorganismos exógenos, y desarrollo de enfermedades oportunistas por un mayor desarrollo de microorganismos propios del organismo. Esto se ve reflejado a nivel periodontal, en una gran inflamación y destrucción de tejido que no es consecuente con la cantidad de irritantes locales.
El manejo periodontal de estos pacientes se basa en una comprensión de la situación clínica del paciente y conocimiento de las posibles complicaciones orales y sistémicas. Con frecuencia requiere la coordinación del tratamiento con el médico del paciente, y debe incluir un riguroso examen clínico y radiográfico para identificar los posibles focos de infección y su posterior eliminación.
Uno de los problemas periodontales más frecuentes en pacientes con terapia inmunosupresora es el crecimiento gingival excesivo asociado al uso de fármacos como la ciclosporina (pacientes transplantados), que afecta a un 25% a 30% de los pacientes tratados. Los estudios han demostrado que la acumulación de placa bacteriana y la inflamación contribuyen al agrandamiento gingival, el cual debe ser corregido quirúrgicamente en la mayoría de los casos.
El aumento del riesgo de infecciones locales y sistémicas como resultado de la terapia de inmunosupresión o trastornos del sistema inmunológico pueden requerir la profilaxis con antibióticos antes del tratamiento periodontal.
Es imperativo para todos los pacientes que se someterán a tratamiento médico inmunosupresor, que sean evaluados antes del inicio de esta terapia por un odontólogo, quien debe formar parte integral del equipo de salud en el manejo del paciente mientras dure el tratamiento y posterior a este también.